El término «podredumbre cerebral» ha sido nombrado por el diccionario de Oxford como la palabra del año, destacando las preocupaciones sobre el efecto nocivo del consumo excesivo de contenido trivial en línea. Este fenómeno, relacionado con las redes sociales y el consumo de información de baja calidad, ha sido vinculado a alteraciones cerebrales como la reducción de materia gris, disminución de la atención y distorsión de procesos cognitivos esenciales. Investigaciones recientes de universidades como Harvard y Oxford afirman que el uso excesivo de estas plataformas está modificando la estructura cerebral, lo que afecta tanto a la memoria como a las funciones ejecutivas.
Los expertos destacan que este consumo compulsivo de contenido, como el doomscrolling, sobrecarga el cerebro, dificultando la concentración y afectando negativamente la capacidad de aprendizaje, especialmente en jóvenes. El fenómeno no solo está relacionado con las redes sociales, sino también con herramientas más antiguas como el correo electrónico, cuya constante demanda de atención ya había sido asociada a la disminución del coeficiente intelectual. Para mitigar estos efectos, especialistas sugieren limitar el tiempo frente a las pantallas, priorizar contenido educativo y realizar actividades que promuevan el bienestar mental y social, como el ejercicio y el contacto físico.
Noticia aparecida en: www.elpais.com.
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