Un estudio financiado por el NIH analizó imágenes cerebrales de 9,804 adolescentes para investigar cómo la estructura cerebral influye en el riesgo de consumo temprano de sustancias. Hallaron diferencias en el volumen y características corticales en jóvenes que comenzaron a consumir alcohol, nicotina o cannabis antes de los 15 años, muchas de las cuales estaban presentes antes del consumo. Estas diferencias sugieren una interacción entre factores genéticos y ambientales. Aunque útiles para entender el riesgo, estas características no predicen el consumo por sí solas.

Noticia publicada en: www.nida.nih.gov.

Para acceder a la noticia completa, haz clic aquí.